Después de transitar por caminos pedregosos, escarpados, saltar precipicios y cambiar direcciones infinitas solo puedo mirar atrás con un gesto elocuente y darle las gracias al señor Machado por darle sentido a esa senda que “nunca has de volver a pisar”.
Sin pretensiones, me asalta una repentina e inesperada sensación de libertad, satisfacción y gratitud por haber recorrido todas esas flechas y estar en la cima que he elegido y he conquistado con cada milímetro de error y acierto.
Mis mayores agradecimientos a estas camaradas obstinadas, por haber acompañado a estos pies con alma y con un fanatismo insaciable por descorchar veredas.
G.
También amo el camino de Machado.Y seguiré tus pasos para leer las piedrecitas que riegas en el camino y la huella de tu paso.
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gracias, estaré atenta!!!!:)
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